Un Reino Unido Global
Discurso de la Primera Ministra Theresa May, Lancaster House, 17 de enero de 2017.
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Hace poco más de seis meses, el pueblo británico votó por un cambio.
Votaron a favor de un futuro más prometedor para nuestro país.
Votaron a favor de la salida de la Unión Europea y de abrir sus brazos al mundo.
Y lo hicieron con los ojos abiertos: aceptando que el camino por recorrer será incierto en ocasiones, pero con la certeza de que lleva a un futuro más prometedor para sus hijos, y también sus nietos.
Y la labor del Gobierno es cumplirlo. Esto implica mucho más que negociar nuestra nueva relación con la UE. Significa aprovechar la oportunidad que nos brinda este gran momento de cambio nacional para dar un paso atrás y preguntarnos qué clase de país queremos ser.
Mi respuesta es clara. Quiero que este Reino Unido emerja de este periodo de cambio siendo más fuerte, más justo, más unido y orientado al exterior más que nunca. Quiero que seamos un país seguro, próspero, tolerante; un imán para el talento internacional y el hogar de pioneros e innovadores que darán forma al mundo del futuro. Quiero que realmente seamos un Reino Unido Global: el mejor amigo y vecino de nuestros socios europeos, pero también un país que vaya más allá de las fronteras de Europa. Un país que sale al mundo para construir relaciones con antiguos amigos al igual que con nuevos aliados.
Quiero que el Reino Unido sea todo el potencial, talento y ambición que puede llegar a ser. Una gran nación global comerciante respetada en todo el mundo, y fuerte, segura de sí misma y unida en su propia casa.
Un plan para el Reino Unido
Por eso, el Gobierno tiene un plan para el Reino Unido. Un plan que va a hacer posible que logremos el acuerdo apropiado de cara al exterior, pero que también sea el mejor acuerdo para la gente corriente y trabajadora de nuestro país.
Por eso, ese plan expone cómo vamos a aprovechar este momento de cambio para construir una economía más fuerte y una sociedad más justa mediante la adopción de verdaderas reformas económicas y sociales.
Por eso, estamos desarrollando una Estrategia Industrial Moderna, para asegurarnos de que todas las naciones y zonas del Reino Unido puedan aprovechar al máximo las oportunidades que nos esperan. Por eso, iremos más allá para reformar nuestros colegios y asegurarnos de que cada niño tiene el conocimiento y formación necesarios para progresar en un Reino Unido posterior al brexit. Por eso, y mientras seguimos reduciendo el déficit, adoptaremos un enfoque equilibrado invirtiendo en nuestra infraestructura económica, ya que puede transformar el potencial de crecimiento de nuestra economía y mejorar la calidad de vida de todos en este país. Por eso, preservar nuestra preciada Unión será el núcleo de todo lo que hagamos. Porque solo si nos congregamos en una gran unión de naciones y gentes podremos aprovechar al máximo las oportunidades que se nos presentan.
El resultado del referéndum no fue una decisión para aislarse y retraerse del mundo. Porque la historia y cultura del Reino Unido es profundamente internacionalista. Somos un país europeo, orgulloso del patrimonio europeo que compartimos, pero también somos un país que siempre ha mirado más allá de Europa hacia el resto del mundo. Por eso somos uno de los países europeos más diversos racialmente, uno de los miembros más multiculturales de la Unión Europea y la razón por la que tantos de nosotros tenemos amigos cercanos y familiares procedentes de todas partes del mundo, ya sea India, Paquistán, Bangladesh, América, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, países africanos o aquéllos más próximos a casa en Europa.
Instintivamente, queremos viajar a, estudiar en y comerciar con países no solo europeos, sino también de más allá de las fronteras del continente. Incluso ahora, mientras nos preparamos para dejar la UE, estamos planificando la próxima reunión bienal de los jefes de gobierno de la Commonwealth, recordatorio de nuestras relaciones bilaterales únicas y motivo de orgullo.
Un mensaje del Reino Unido para el resto de Europa
Es importante reconocer este hecho. El 23 de junio no fue el día en el que el Reino Unido decidiera retraerse del mundo. Fue el momento en el que elegimos construir un Reino Unido verdaderamente global.
Me consta que esto, al igual que las demás razones por las que el Reino Unido ha tomado dicha decisión, no siempre es fácil de entender por parte de nuestros amigos y aliados en Europa. Y también me consta que muchos temen que esto anuncie un creciente desmadejamiento de la UE.
Pero déjenme ser clara: no quiero que ocurra eso. No estaría en el mejor interés del Reino Unido. Sigue estando poderosamente y sin lugar a dudas en el interés nacional del Reino Unido que la UE tenga éxito. Y por eso, espero que los próximos meses y años todos meditemos las lecciones aportadas por la decisión del Reino Unido de irse.
Por lo que déjenme aprovechar esta oportunidad para exponer las razones de nuestra decisión y dirigirme a los ciudadanos de Europa directamente.
No es simplemente porque nuestra historia y cultura sean profundamente internacionalistas, a pesar de la importancia que esto pueda tener. En el Reino Unido, son muchas las personas que siempre han tenido la sensación de que el lugar que el Reino Unido ocupa en la Unión Europea ha sido en detrimento de nuestros lazos con el resto del mundo y de una apertura mayor y más audaz del libre comercio a nivel global.
También existen otras razones de peso.
Nuestras tradiciones políticas son diferentes. A diferencia de otros países europeos, no tenemos una constitución escrita, pero el principio de Soberanía Parlamentaria es la base de nuestro acuerdo constitucional no escrito. Solo tenemos una historia reciente de gobierno descentralizado, aunque se ha consagrado rápidamente, y pocos años de un gobierno de coalición. El público espera poder exigir de manera directa que los gobiernos rindan cuentas y, en consecuencia, las instituciones supranacionales de tanto peso como las creadas por la Unión Europea no encajan fácilmente en nuestra historia política ni forma de vida.
Y, aunque me consta que el Reino Unido a veces ha sido percibido como un Estado miembro incómodo, la Unión Europea ha tenido dificultades para lidiar con la diversidad de sus países miembros y sus intereses. Se inclina por la uniformidad, no la flexibilidad. La negociación de David Cameron fue un intrépido intento final de hacer que funcionara para el Reino Unido, y quiero dar las gracias a todos aquéllos en otras partes de Europa que le ayudaron a alcanzar un acuerdo. Pero la pura verdad es que, como ya sabemos, no hubo suficiente flexibilidad respecto a muchos puntos importantes para la mayoría de los votantes británicos.
No creo que estas cosas sean aplicables exclusivamente al Reino Unido. El Reino Unido no es el único Estado miembro en el que hay un fuerte apego a gobiernos que rindan cuentas y sean democráticos, donde exista una mentalidad internacionalista tan fuerte o la creencia de que la diversidad de Europa debería celebrarse. Y por eso creo que el brexit brinda una lección no solo para el Reino Unido sino para la UE misma, si es que quiere triunfar.
Porque la gran fortaleza de nuestro continente ha sido siempre su diversidad. Y hay dos maneras de tratar intereses diferentes. Se puede responder intentando hacer que las cosas se mantengan unidas por la fuerza, tensando la tenaza hasta romper en pedazos justamente lo que querías proteger. O se puede respetar, incluso atesorar, la diferencia, e incluso reformar la UE para que pueda abordar mejor la maravillosa diversidad de sus Estados miembros.
Así que, a mis amigos de toda Europa, quiero decirles lo siguiente.
Nuestro voto para salir de la Unión Europea no es un rechazo a los valores que compartimos. La decisión de salir de la UE no representa el deseo de distanciarnos de vosotros, nuestros amigos y vecinos. No es un intento de dañar a la UE misma o a ninguno de los Estados miembros que permanecen en ella. No queremos regresar a un pasado en el que Europa era menos pacífica, menos segura y menos capaz de comerciar libremente. Es un voto para restaurar, tal y como lo vemos nosotros, nuestra democracia parlamentaria, nuestra auto-determinación nacional y convertirnos en un país todavía más internacionalista en la práctica y en el ánimo.
Seguiremos siendo socios fiables, aliados voluntariosos y amigos cercanos. Queremos comprar vuestros bienes y servicios, vender los vuestros, comerciar con vosotros lo más libremente posible y trabajar conjuntamente para asegurarnos de que todos estamos más seguros, más protegidos y somos más prósperos a través de una amistad perpetuada.
Seguiréis siendo bienvenidos en este país, tal y como esperamos que nuestros ciudadanos lo sean en los vuestros. En un momento en el que nos enfrentamos juntos a una amenaza grave por parte de nuestros enemigos, las capacidades únicas del Reino Unido en asuntos de inteligencia seguirán contribuyendo a que los europeos estén a salvo del terrorismo. Y en un momento en el que hay una creciente preocupación por la seguridad europea, los hombres y mujeres al servicio del Reino Unido, destinados a países europeos como Estonia, Polonia y Rumanía, seguirán cumpliendo con su deber.
Vamos a salir de la Unión Europea, pero no de Europa.
Y por eso queremos una relación de socios nueva y entre iguales: entre un Reino Unido Global independiente y autónomo y nuestros amigos y aliados de la UE.
No queremos una pertenencia parcial a la Unión Europea, ni ser miembros asociados de la misma, ni nada que sea estar con un pie dentro y otro fuera. No queremos adoptar un modelo que ya se aplique a otros países. No queremos aferrarnos a ciertas cosas de nuestra adhesión una vez que salgamos.
No, el Reino Unido deja la Unión Europea. Y mi trabajo es conseguir el acuerdo apropiado para el Reino Unido a medida que lo hacemos. ##Objetivos y ambiciones
Así que hoy quiero hacer un esbozo de nuestros objetivos y de la negociación que tenemos por delante. Son 12 objetivos que llevan a una gran meta: una relación de socios nueva, positiva y constructiva entre el Reino Unido y la Unión Europea.
Y, a medida que negociamos dicha relación de socios, nos impulsarán algunos principios muy sencillos: proporcionaremos toda la certidumbre y claridad que sea posible a cada estadio. Y aprovecharemos esta oportunidad para hacer que el Reino Unido sea más fuerte y más justo, y también para construir un Reino Unido que sea más global.
Certidumbre y claridad
1) Certidumbre
El primer objetivo es crucial. Proporcionaremos certidumbre siempre que nos sea posible.
Estamos a punto de empezar una negociación. Esto significa que habrá un tira y afloja. Ambas partes tendrán que hacer concesiones. Será necesario que ambas partes le echen imaginación. Y no todo el mundo podrá saberlo todo en todo momento.
Pero admito la importancia de proporcionar a las empresas, al sector público y a todo el mundo toda la certidumbre posible a medida que avanzamos en el proceso.
Por lo que cuando sea posible proporcionarla, así lo haremos.
Esta es la razón por la que el año pasado actuamos rápido para que hubiera claridad respecto a los pagos a los granjeros y la financiación de las universidades.
Y es la razón por la cual, según derogamos la Ley de las Comunidades Europeas, convertiremos el acervo o cuerpo legislativo de la UE en Derecho británico.
Esto concede al país la máxima certidumbre de cara a nuestra salida de la UE. Las mismas normas y reglamentos serán tan aplicables el día de antes como el de después del brexit. Y le corresponderá al Parlamento británico decidir qué cambios han de hacerse a esas normas, tras un escrutinio completo y el debido debate en el Parlamento.
Y en lo que se refiere al Parlamento, existe otra forma más en la que me gustaría dar certidumbre. Puedo confirmar hoy que el Gobierno someterá a votación en ambas Cámaras del Parlamento el acuerdo final al que lleguen el RU y la UE, antes de que éste entre en vigor.
Un Reino Unido más fuerte
Nuestro segundo principio rector es construir un Reino Unido más fuerte.
2) El control de nuestras propias leyes
Esto implica tomar el control de nuestros propios asuntos, tal y como han demandado los millones de personas que han votado a favor de la salida de la Unión Europea.
Por lo tanto, retomaremos el control de nuestras leyes y pondremos fin a la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE en el Reino Unido.
Dejar la Unión Europea tendrá como consecuencia que nuestras leyes se elaborarán en Westminster, Edimburgo, Cardiff y Belfast. Y que esas leyes serán interpretadas por jueces en los tribunales, no de Luxemburgo, sino de todo nuestro país.
Porque no habremos dejado verdaderamente la Unión Europea si no tenemos el control de nuestras leyes.
3) Reforzar la Unión
Fortalecer el Reino Unido requiere que hagamos algo más: reforzar la preciada unión que existe entre las cuatro naciones del Reino Unido.
En este momento tan crucial, es más importante que nunca que encaremos el futuro juntos, unidos por todo aquello que nos hace fuertes: los lazos que nos unen como pueblo y el interés que compartimos de cara a que el Reino Unido sea una nación abierta y fructífera de comerciantes en el futuro.
Y espero que ese mismo espíritu de unidad sea especialmente aplicable a Irlanda del Norte en los próximos meses y en las elecciones a la Asamblea Nacional. Los principales partidos allí trabajarán juntos para restablecer un gobierno de colaboración lo antes posible.
Los asuntos de exterior son, por supuesto, responsabilidad del Gobierno del Reino Unido, y al abordarlos actuamos en interés de todas las partes que constituyen el Reino Unido. Como primera ministra, me tomo dicha responsabilidad muy seriamente.
También me he propuesto desde el inicio que las administraciones descentralizadas participarán plenamente en el proceso.
Esta es la razón de que el Gobierno haya formado un Comité ministerial conjunto para las negociaciones con la UE, de forma que los dirigentes de cada una de las administraciones descentralizadas del Reino Unido puedan hacer su contribución al proceso de planificación de nuestra salida de la Unión Europea.
Ya hemos recibido el informe del Gobierno escocés y esperamos que nos llegue el del Gobierno galés en breve. Ambos informes se tendrán en cuenta como parte de este importante proceso. No estaremos de acuerdo en todo, pero espero poder trabajar junto a las administraciones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte para lograr un brexit que funcione para todo el Reino Unido.
En este sentido, tendremos que trabajar con mucho cuidado para asegurarnos de que, cuando se repatríen los poderes al Reino Unido desde Bruselas, se devuelven bien los poderes que corresponden a Westminster y aquéllos que corresponden a las administraciones descentralizadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Según procedamos, nuestro principio rector será garantizar que, durante el proceso de salida de la UE, no se levantan nuevas barreras a la forma de vivir o hacer negocios dentro de nuestra propia Unión.
Como consecuencia, hay que mantener los estándares y marcos comunes necesarios para nuestro propio Mercado doméstico, capacitando al Reino Unido como una nación de comerciantes abierta que pueda cerrar los mejores acuerdos con el resto del mundo, protegiendo al mismo tiempo los recursos en común de nuestras islas.
Y, a medida que hacemos esto, debería dejar igual de claro que ninguna decisión tomada ya por las administraciones descentralizadas será revocada.
4) Mantener la Zona de Viaje Común con Irlanda
No podemos olvidar que, una vez fuera, el Reino Unido compartirá una frontera terrestre con la UE. Mantener la zona de Viaje Común con la República de Irlanda será una prioridad importante para el Reino Unido de cara a las próximas conversaciones.
La Zona de Viaje Común entre el Reino Unido y la República de Irlanda ha existido durante muchos años. Efectivamente, se formó antes de que ninguno de los dos países se convirtiera en miembro de la Unión Europea. Y los lazos familiares y de afecto que unen a nuestros dos países implican que siempre habrá una relación especial entre nosotros.
Por eso, trabajaremos para obtener una solución práctica que nos permita mantener la Zona de Viaje Común con la República, al mismo tiempo que protegemos la integridad del sistema de inmigración del Reino Unido.
Nadie quiere volver a las fronteras del pasado, por lo que nuestra prioridad será alcanzar una solución práctica lo antes posible.
Un Reino Unido más justo
El tercer principio es construir un Reino Unido más justo. Esto significa asegurarnos de que es justo para todas las personas que vivan y trabajen en este país.
5) Control de la inmigración
Y por eso vamos a asegurarnos de que controlamos la inmigración al Reino Unido procedente de Europa.
Seguiremos atrayendo a los más inteligentes y a los mejores para trabajar y estudiar en el Reino Unido. En efecto, la apertura al talento internacional debe seguir siendo uno de los activos más distintivos de este país. Pero dicho proceso ha de gestionarse adecuadamente, de forma que nuestro sistema de inmigración sirva a nuestro interés nacional.
Por tanto, controlaremos el número de personas que vienen al Reino Unido procedentes de la UE.
Si bien es cierto que una inmigración controlada puede aportar grandes beneficios: cubrir la falta de determinada formación, el suministro de servicios públicos, hacer que las empresas británicas sean las primeras del mundo como ocurre con tanta frecuencia, también lo es que cuando las cifras comienzan a ser demasiado altas, el apoyo público al sistema se tambalea.
En la última década más o menos, hemos visto niveles récord de inmigración neta en el Reino Unido. Semejante volumen ha ejercido presión sobre los servicios públicos, tales como colegios, ha desbordado las infraestructuras, sobre todo la vivienda, y ha presionado a la baja los sueldos de la clase trabajadora. Como ministra del Interior durante seis años, me consta que no es posible controlar la inmigración en general cuando existe una libre circulación entre Europa y el Reino Unido.
El Reino Unido es un país abierto y tolerante. Siempre querremos que exista la inmigración, sobre todo la altamente cualificada. Siempre querremos la inmigración procedente de Europa. Y siempre daremos la bienvenida y consideraremos amigos a los individuos que migran. Pero el mensaje público, antes y durante la campaña del referéndum, era claro: brexit ha de implicar el control del número de personas que vienen al Reino Unido procedentes de Europa. Y eso es lo que vamos a hacer.
6) Los derechos de los ciudadanos de la UE en el Reino Unido y los de los ciudadanos británicos en la UE
Ser más justos también requiere que abordemos otro asunto lo antes posible. Queremos garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que ya viven en el Reino Unido, así como los derechos de los ciudadanos británicos que viven en otros Estados miembros, lo antes que podamos.
Les he dicho a otros dirigentes de la UE que podríamos dar esta certeza de manera inmediata, y alcanzar dicho acuerdo ahora.
Muchos están a favor de llegar a este acuerdo, uno o dos no, pero quiero que todo el mundo sepa que sigue siendo una prioridad importante para el Reino Unido, y para muchos otros Estados miembros, el resolver este problema lo antes posible. Porque hacerlo es lo correcto y lo justo.
7) Proteger los derechos de los trabajadores
Y un Reino Unido más justo es el que protege y refuerza los derechos laborales de los trabajadores.
Por eso, al hacer leyes domésticas del cuerpo legislativo europeo, nos aseguraremos de que los derechos de los trabajadores se mantienen y quedan plenamente protegidos.
En efecto, bajo mi liderazgo, no solo protegerá el Gobierno los derechos de los trabajadores previstos en la legislación comunitaria, también los incrementará. Porque bajo este Gobierno conservador, nos aseguraremos de que la protección jurídica del trabajador se va ajustando a los cambios del mercado laboral, y que las voces de los trabajadores son escuchadas por los órganos directivos de las empresas que cotizan en bolsa por primera vez.
Un verdadero Reino Unido global
Pero el gran premio para este país, la oportunidad que tenemos por delante, es emplear este momento para construir un Reino Unido verdaderamente global. Un país que se pone en contacto con sus viejos amigos y sus nuevos aliados. Una gran nación global comerciante. Y una de las más firmes defensoras del libre comercio en todo el mundo.
8) Libre comercio con los mercados europeos
Esto empieza por nuestros amigos más cercanos y vecinos de Europa. De ahí que nuestra prioridad sea alcanzar un acuerdo de libre comercio audaz y ambicioso con la Unión Europea.
Este acuerdo debería permitir un comercio lo más libre posible de bienes y servicios entre el Reino Unido y los Estados miembros de la Unión Europea. Debería conceder a las empresas británicas la máxima libertad para comerciar y desarrollar su actividad en los mercados europeos, y a las empresas europeas hacer lo mismo en el Reino Unido.
Pero quiero dejarlo claro. En lo que propongo no cabe la pertenencia al mercado único de la UE.
Los dirigentes europeos han reiterado muchas veces que la pertenencia significa aceptar las “cuatro libertades” de bienes, capitales, servicios y personas. Y estar fuera de la UE pero dentro del mercado único requeriría cumplir con las normas y reglamentos de la UE que implementan dichas libertades, sin que tuviéramos derecho a voto respecto a dichos reglamentos y normas. Tendríamos que aceptar el papel del Tribunal de Justicia de la UE, lo que significaría que seguiría teniendo autoridad jurídica directa en nuestro país.
Significaría, a todos los efectos, que no hemos dejado la UE en ningún sentido.
Y por eso, ambas partes en la campaña del referéndum dejaron claro que un voto de salida de la UE sería un voto a favor de salir del mercado único.
Por lo que no pretendemos pertenecer al mercado único. En su lugar, queremos tener el mayor acceso posible al mismo, mediante un nuevo acuerdo de libre comercio que sea exhaustivo, audaz y ambicioso.
Dicho acuerdo puede que incluya elementos del actual mercado único en ciertos ámbitos. Por ejemplo, en lo referente a la exportación de automóviles y camiones o a la libertad de suministrar servicios financieros transfronterizos, ya que no tiene ningún sentido empezar de cero cuando tanto el Reino Unido como los Estados miembros que permanecen en la UE llevan tantísimos años cumpliendo las mismas normas.
Pero respeto la postura de los dirigentes europeos que han sido muy claros respecto a la misma, tal y como yo lo soy respecto a la mía. En este sentido, una parte importante de la nueva relación estratégica de socios que queremos con la UE será conseguir el mayor acceso posible al mercado único, sobre una base totalmente recíproca, y mediante un acuerdo exhaustivo de libre comercio.
Y dado que ya no seremos miembros del mercado único, ya no se nos requerirá que aportemos grandes cantidades de dinero al presupuesto de la UE. Puede que haya algunos programas europeos específicos en los que queramos participar. En ese caso, y esto lo decidiremos nosotros, será razonable que hagamos la aportación debida. Pero el principio está claro: se acabaron los días en los que el Reino Unido hacía grandes contribuciones anuales a la Unión Europea.
9) Nuevos acuerdos de comercio con otros países
Pero no debería interesarnos tan solo el comercio con la UE. Una Global Britain ha de ser libre para cerrar acuerdos de comercio con terceros países también.
Porque a pesar de lo importante que es, y seguirá siendo, nuestro comercio con la UE, está claro que el Reino Unido tiene que incrementar significativamente su comercio con los mercados de exportación que más crecen en el mundo.
Desde que nos unimos a la UE, el comercio como porcentaje del PIB se ha estancado de manera general en el Reino Unido. Por este motivo, ha llegado el momento de que el Reino Unido salga al mundo y redescubra su papel como una gran nación comerciante.
Esto constituye tal prioridad para mí que cuando me convertí en primera ministra creé, por primera vez, un Ministerio de Comercio Internacional, a cuya cabeza está Liam Fox. Queremos salir al mundo, comerciar y hacer negocios a lo largo y ancho del globo. Países como China, Brasil y los Estados del Golfo ya han manifestado su interés en cerrar acuerdos de comercio con nosotros. Hemos iniciado conversaciones sobre futuros lazos comerciales con países como Australia, Nueva Zelanda e India. Y el presidente electo Trump ha dicho que el Reino Unido no está “al final de la cola” en lo que se refiere a cerrar un acuerdo de comercio con Estados Unidos, la mayor economía del mundo, sino que estamos en primera fila.
Me consta que mi énfasis en cerrar acuerdos de comercio con terceros países ha generado preguntas sobre si el Reino Unido querrá seguir perteneciendo a la Unión Aduanera de la UE. Y es cierto que una pertenencia total a la Unión Aduanera nos impide negociar nuestros propios acuerdos comerciales.
Veamos. Quiero que el Reino Unido tenga la capacidad para negociar sus propios acuerdos de comercio. Pero también quiero un comercio sin aranceles con Europa y que el comercio transfronterizo tenga las menores fricciones posibles.
Esto significa que no quiero que el Reino Unido sea parte de la Política Comercial Común y no quiero que estemos sujetos al Arancel Externo Común. Estos son los elementos de la Unión Aduanera que nos impiden cerrar nuestros propios acuerdos comerciales con otros países. Pero sí quiero que cerremos un acuerdo de aduanas con la UE.
Está por ver si eso implica que tenemos que alcanzar un acuerdo de aduanas completamente nuevo, convertirnos en miembro asociado de la Unión Aduanera de alguna manera o permanecer signatarios de algunos de sus elementos, yo no tengo una postura preconcebida al respecto. Tengo la mente abierta respecto a cómo conseguirlo. No son los medios sino el fin lo que importa.
Y ese fin está claro: quiero eliminar todas las barreras al comercio que sea posible. Y quiero que el Reino Unido sea libre para determinar sus tarifas en la Organización Mundial del Comercio, de forma que podamos cerrar nuevos acuerdos de comercio no solo con la Unión Europea, sino también con otros viejos amigos y nuevos aliados fuera de Europa.
10) El mejor lugar para la ciencia y la innovación
Global Britain también ha de ser un país que mire al futuro. Y para ello tiene que ser uno de los mejores lugares del mundo para la ciencia y la innovación.
Una de nuestras grandes fortalezas como nación es lo amplias y profundas que son nuestras comunidades académicas y científicas, que tienen el respaldo de algunas de las mejores universidades del mundo. Y podemos estar orgullosos haber liderado y apoyado tantas veces en nuestra historia una investigación e innovación punteras.
De ahí que también aplaudamos un acuerdo para continuar nuestra colaboración con los socios europeos en importantes iniciativas en los ámbitos de la ciencia, investigación y tecnología.
Desde la exploración espacial y las energías limpias, a las tecnologías médicas, el Reino Unido seguirá estando a la vanguardia de esfuerzos colectivos por entender mejor y mejorar el mundo en el que vivimos.
11) Cooperación en la lucha contra el crimen y el terrorismo
Global Britain seguirá cooperando con sus socios europeos en ámbitos tan importantes como la lucha contra el crimen, el terrorismo y asuntos exteriores.
Todos en Europa nos enfrentamos a los desafíos que plantean la delincuencia transfronteriza, la amenaza letal del terrorismo y los peligros que presentan los estados hostiles. Todos compartimos intereses y tenemos valores en común, valores que queremos proyectar por todo el mundo.
Dado que las amenazas a nuestra seguridad común son cada vez más graves, nuestra respuesta no puede ser la de cooperar cada vez menos, sino de la de trabajar conjuntamente aún más. Yo quisiera, por tanto, que nuestra relación futura con la Unión Europea incluyera una serie de arreglos prácticos en materia policial y de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como respecto al intercambio de material de inteligencia con nuestros aliados de la UE.
Me siento orgullosa del papel que ha desempeñado y que seguirá desempeñando el Reino Unido a la hora de promover la seguridad de Europa. El Reino Unido ha estado a la cabeza de Europa liderando las medidas que son necesarias para la seguridad de nuestro continente, ya sea implementando sanciones contra Rusia tras su actuación en Crimea, trabajando por la paz y estabilidad en los Balcanes o protegiendo las fronteras externas de Europa. Seguiremos trabajando estrechamente con nuestros aliados europeos en el ámbito de la política exterior y de defensa incluso durante el proceso mismo de salida de la UE.
Un enfoque gradual
12) Un brexit sin incidentes y ordenado
Estos son nuestros objetivos de cara a la próxima negociación, objetivos que nos permitirán lograr nuestra ambición de dar forma al Reino Unido global más fuerte y más justo que queremos.
Son la base de una relación de socios con la Unión Europea que sea nueva, sólida y constructiva. Una relación de socios que son amigos y aliados, con intereses y valores. Una relación de socios para una UE fuerte y un Reino Unido fuerte.
Pero hemos fijado un objetivo más. Porque, tal y como he dicho con anterioridad, no es del interés de nadie que haya un abismo para las empresas o una amenaza a la estabilidad mientras pasamos de la relación existente con la UE a una nueva relación de socios con ella.
Con esto no quiero decir que lo que busquemos sea una especie de estatus transitorio ilimitado, que nos encontremos atrapados para siempre en algo así como un purgatorio político permanente.
En su lugar, lo que quiero es que hayamos llegado a un acuerdo sobre nuestra futura relación antes de que haya concluido el proceso de dos años del artículo 50. De ahí en adelante, creemos que un proceso gradual de implementación, en el que tanto el Reino Unido como las instituciones y los Estados miembros puedan preparar los nuevos arreglos que surgirán entre nosotros, para que estos sean en nuestro mutuo interés propio. También le dará suficiente tiempo a las empresas para planificar y prepararse de cara a esos nuevos acuerdos.
Puede que estemos hablando de los controles de inmigración, nuestros sistemas de aduanas o la forma de cooperación en asuntos de justicia penal. O puede que sea el marco jurídico y normativo futuro de los servicios financieros. Puede que, para cada tema, el tiempo que necesitemos para aplicar los nuevos acuerdos varíe. Algunos temas podrán implementarse rápidamente, otros puede que lleven algún tiempo. Y los arreglos provisionales de los que dependamos serán muy probablemente objeto de negociación.
Pero el fin está claro: trabajaremos para evitar un abismo de disrupción y haremos todo lo posible para aplicar los nuevos acuerdos que necesitamos de manera gradual a medida que el Reino Unido y la UE avanzan hacia una nueva relación de socios.
El acuerdo apropiado para el Reino Unido
Así pues, estos son los objetivos que nos hemos marcado. Certidumbre siempre que sea posible. El control de nuestras propias leyes. Robustecer el Reino Unido. Mantener la Zona de Viaje Común con Irlanda. Controlar la inmigración. Derechos para los ciudadanos de la UE en el Reino Unido y ciudadanos británicos en la UE. Incrementar los derechos de los trabajadores. Un papel de liderazgo en ciencia e innovación. Cooperación en los ámbitos de la delincuencia, el terrorismo y asuntos exteriores. Y un enfoque gradual para que el proceso del brexit transcurra sin incidentes y de manera ordenada.
Este es el marco del acuerdo precursor de la nueva relación de socios entre el Reino Unido y la UE.
Es un plan exhaustivo y meditado con detenimiento que se centra en los objetivos, no solo la forma de llegar a ellos. Su vista está firmemente fijada en el futuro y en el tipo de país en el que nos convertiremos una vez hayamos salido de la UE.
Refleja el arduo trabajo de muchos de los que están hoy aquí en esta sala, que han trabajado incansablemente para elaborarlo y preparar a este país ante las próximas negociaciones. Y, me consta, que es un plan sobre el que se debatirá y hablará en profundidad. Como debe ser. Pero los que nos instan a que revelemos algo más, los detalles pormenorizados de nuestra estrategia de negociación, aquéllos ámbitos en los que quizás hagamos concesiones, los temas en los que pensamos que puede haber contrapartidas potenciales, no actúan pensando en el interés nacional.
Porque no se trata de un juego ni de oponerse simplemente porque sí. Se trata de una negociación crucial y sensible mediante la cual se definirán los intereses y el éxito de nuestro país durante muchos años. Y es vital que mantengamos la disciplina.
Por este motivo vengo diciendo, y seguiré haciéndolo, que cada palabra extraviada y cada artículo exagerado de la prensa nos dificultará la tarea de lograr el acuerdo apropiado para el Reino Unido. Nuestros homólogos en la Comisión Europea lo saben, motivo por el cual ellos también se atienen a su propia disciplina. Y los ministros del Gobierno también lo saben, motivo por el cual mantenemos la nuestra.
Por tanto, a pesar de lo frustrante que pueda ser para algunos, el Gobierno no se dejará presionar para decir más de lo que cree que puede favorecer nuestro interés nacional. Porque mi labor no es que los periódicos tengan algo que poner cada día, sino conseguir el acuerdo apropiado para el Reino Unido. Y eso es lo que pretendo hacer.
Una nueva relación de socios entre el Reino Unido y Europa
Confío en que un acuerdo, una nueva relación estratégica de socios entre el Reino Unido y la UE, pueda lograrse.
En primer lugar, porque tras haber mantenido conversaciones con todos los dirigentes de cada Estado miembro; tras haber pasado tiempo hablando con altos cargos de las instituciones europeas, entre ellos, el presidente Tusk, el presidente Juncker y el presidente Schulz; y una vez que también mis colegas David Davis, Philip Hammond y Boris Johnson han hecho lo mismo con sus interlocutores; confío en que la gran mayoría quieren que exista una relación positiva entre el Reino Unido y la UE tras el brexit. Y confío en que los objetivos que estoy marcando hoy aquí sean coherentes con las necesidades de la UE y sus Estados miembros.
De ahí que nuestros objetivos incluyan una propuesta de acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea, y descarten explícitamente la pertenencia al mercado único de la UE. Porque cuando los dirigentes de la UE dicen que creen que las cuatro libertades del mercado único son indivisibles, respetamos esa postura. Cuando los 27 Estados miembros dicen que quieren continuar su trayectoria en la Unión Europea, no solo respetamos ese hecho sino que lo respaldamos.
Porque no queremos socavar el mercado único y no queremos socavar la Unión Europea. Queremos que la UE sea un éxito y queremos que los Estados miembros que permanezcan en ella prosperen. Y, claro está, queremos lo mismo para el Reino Unido.
La segunda razón por la cual creo que es posible alcanzar un buen acuerdo es que la clase de acuerdo que he descrito hoy constituye lo más racional económicamente hablando que se pueda hacer y que tanto el Reino Unido como la UE deberían tener como meta. Porque el comercio no es un juego de suma cero: más comercio hace que todos seamos más prósperos. El libre comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea significa más comercio, y más comercio significa más puestos de trabajo y mayor generación de riqueza. Levantar nuevas barreras al comercio, en cambio, implica todo lo contrario: menos comercio, menos puestos de trabajo y menor crecimiento.
La tercera y última razón por la que creo que podemos alcanzar el acuerdo apropiado es que la cooperación entre el Reino Unido y la UE es necesaria, no solo en lo que se refiere al comercio, sino cuando se trata de nuestra seguridad también.
El Reino Unido y Francia son las dos únicas potencias nucleares de Europa. Somos los dos únicos países que tienen una silla permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Las fuerzas armadas del Reino Unido son parte crucial de la defensa colectiva de Europa. Nuestra capacidad en inteligencia, única en toda Europa, ya ha salvado innumerables vidas al frustrar numerosos complots terroristas en países de nuestro continente. Tras el brexit, el Reino Unido quiere ser un buen amigo y vecino en todos los sentidos, y eso incluye defender la seguridad y proteger a todos nuestros ciudadanos.
Por eso, creo que el marco que he expuesto hoy aquí está en interés del Reino Unido. En interés de Europa. Y en interés del mundo entero.
Pero he de ser clara. El Reino Unido quiere seguir siendo un buen amigo y vecino para Europa. Pero me consta que hay algunas voces que se alzan a favor de un acuerdo punitivo que castigue al Reino Unido y desanime a otros países para que no emprendan el mismo camino.
Esto sería un acto catastrófico de autoperjuicio para los países europeos. Y no sería lo que haría un amigo.
El Reino Unido ni está dispuesto a aceptar dicho enfoque, ni podría. Y aunque confío en que este escenario nunca se haga realidad y que se puede alcanzar un acuerdo positivo, también tengo muy claro que no llegar a ningún acuerdo es mejor para el Reino Unido que alcanzar un mal acuerdo.
Porque en cualquier caso podríamos seguir comerciando con Europa. Seguiríamos siendo libres para cerrar acuerdos de comercio con el resto del mundo. Y tendríamos libertad para fijar tipos impositivos competitivos y acoger políticas que atrajesen a las mejores empresas y mayores inversores al Reino Unido. Y, si no se nos permitiera acceder al mercado único, tendríamos liberta para modificar la base del modelo económico del Reino Unido.
Pero para la UE, sería levantar nuevas barreras al comercio con una de las economías más grandes del mundo. Pondría en peligro las inversiones en el Reino Unido de las empresas de la UE, valoradas en más de medio billón de libras. Implicaría un menor acceso por parte de las empresas europeas a los servicios financieros de la City de Londres. Significaría un riesgo para las exportaciones de la UE al Reino Unido, que alcanzan los 290 mil millones de libras al año. Y supondría la disrupción de las sofisticadas e integradas cadenas de suministro de las que dependen muchas empresas de la UE.
También sufrirían importantes sectores de la economía comunitaria. Somos un mercado crucial, rentable para la industria europea del automóvil, así como para otros sectores como la energía, alimentación y bebidas, químicos, farmacéutica y agricultura. Y no creo que los dirigentes de la UE verdaderamente vayan a decirles a los exportadores alemanes, los granjeros franceses, los pescadores españoles, los jóvenes desempleados de la eurozona y a millones de otras personas, que lo que quieren es hacerles más pobres, solo por castigar al Reino Unido y dejar bien claro su argumento político.
Por todo lo anterior, y dados los valores que compartimos y el espíritu de buena voluntad que existe por ambas partes, confío en que emprendamos un camino superior. Confío en que se pueda alcanzar un acuerdo positivo.
Es lo correcto que el Gobierno se prepare ante todo tipo de eventualidades, pero ha de hacerlo sabiendo que un enfoque constructivo y optimista de las próximas negociaciones está en el mejor interés de Europa y en el mejor interés del Reino Unido.
Conclusión
No emprendemos estas negociaciones esperando el fracaso, sino anticipando el éxito.
Porque somos una gran nación global, con tanto que ofrecerle a Europa y tanto que ofrecerle al resto del mundo.
Somos una de las mayores y más sólidas economías del mundo. Con los mejores servicios de inteligencia, las fuerzas armadas más valerosas, el más efectivo poder duro y blando, y con amistades, colaboraciones y alianzas en todos los continentes.
Y una cosa más que es importante. El ingrediente esencial de nuestro éxito: la fuerza y el apoyo de 65 millones de personas que nos instan a que lo consigamos.
Pues tras toda la división y la desavenencia, el país se está uniendo.
El referéndum fue divisionista en ocasiones. Y esas divisiones han necesitado un tiempo para cerrarse.
Pero una de las razones por las que la democracia del Reino Unido ha tenido éxito durante tantos años es por la identidad tan fuerte que tenemos como nación, el respeto que nos tenemos como conciudadanos, y la importancia que le damos a nuestras instituciones implica que cuando se vota, todos respetamos el resultado. Los vencedores tienen la responsabilidad de actuar magnánimamente. Los perdedores tienen la responsabilidad de respetar la legitimidad del resultado. Y así el país se hace uno.
Esto lo estamos viendo hoy. Las empresas no están pidiendo que se revoque el resultado; están planificándose para que el mismo tenga éxito. La Cámara de los Comunes ha votado de manera arrolladora para que nos pongamos con la tarea. Y la inmensa mayoría de la gente, independientemente de lo que votaran, también quieren que nos pongamos manos a la obra.
Y eso es lo que vamos a hacer.
No vamos simplemente a formar una nueva relación de socios con Europa, sino que vamos a construir una Global Britain más fuerte, más justa y más global también.
Y que ese sea el legado de nuestros tiempos. El premio por el que trabajemos. El destino al que lleguemos una vez concluya la negociación.
Y hagámoslo no por nosotros mismos, sino por los que nos van a suceder. Por los niños y nietos de este país.
Para que cuando las generaciones futuras miren atrás, no nos juzguen solo por la decisión que hemos tomado, sino por lo que construimos a raíz de esa decisión.
Verán que hemos creado un futuro más prometedor.
Sabrán que les hemos construido un Reino Unido mejor.
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Publicado 17 enero 2017Última actualización de 3 febrero 2017 + show all updates
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