El Ministro de Asuntos Exteriores presenta el informe de Derechos Humanos de 2012
William Hague destaca que promover los Derechos Humanos es una de las prioridades del Ministerio de Exteriores
Promover los derechos humanos es una de las prioridades de la labor del FCO y de mis propios objetivos como ministro de Exteriores, ya sea persiguiendo la suspensión oficial de la pena de muerte, ponerle fin a lo que está ocurriendo en Siria, o haciendo un llamamiento a la comunidad internacional para erradicar la cultura de la impunidad que rodea a la violencia sexual en el conflicto.
Este país está edificado sobre la creencia de que los ciudadanos tienen una serie de derechos que son inalienables y que el respeto por esos derechos es la base de una sociedad justa, libre y estable. Por eso, promovemos una mayor libertad política y económica en todo el mundo; es por lo que hacemos que los regímenes tiránicos y represores asuman su responsabilidad, y es por lo que nos esforzamos todo lo posible para garantizar que estamos a la altura de nuestros propios valores y obligaciones.
Los derechos que promovemos son universales, y no un amago de extender la cultura política occidental.
Desde que se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el mundo ha sufrido una transformación: se han derrumbado imperios, se han construido nuevas naciones, e internet continúa estrechando los lazos entre nosotros. Pero los valores establecidos en la Declaración han permanecido como cimiento de lo que debe ser, en cualquier parte del mundo, un gobierno legítimo, representativo y abierto. Nuestro Informe de los Derechos Humanos y la Democracia de 2012 es un registro exhaustivo de los esfuerzos que ha realizado el Reino Unido durante el último año para promover y defender esos valores, así como para identificar en qué aspectos podemos y debemos trabajar más.
No hay nada que muestre de forma tan manifiesta la necesidad de una respuesta humanitaria internacional decisiva como la catástrofe tan terrible que se está desarrollando en la actualidad en Siria. Se estima que cada día mueren más de 100 personas, ascendiendo el balance total de víctimas en estos momentos a más de 70.000. Existe amplia evidencia de que se están cometiendo graves violaciones, entre ellas, masacres, torturas, ejecuciones sumarias y el uso sistemático de la violación por parte de las fuerzas armadas del régimen y sus milicias.
Son crímenes intolerables que el régimen está cometiendo contra sus propios civiles; que no quepa duda de que los responsables serán llevados ante la justicia. Para garantizar que se reúnen suficientes pruebas de cara a que los juicios se celebren satisfactoriamente, el Reino Unido ha formado a más de 300 activistas y periodistas sirios para que documenten todas las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo. También hemos aportado casi 140 millones de libras en ayuda humanitaria desde que comenzó la crisis.
Además, tenemos que abordar de manera efectiva las repercusiones inmediatas de la Primavera Árabe, ofreciendo apoyo a aquellos países que se encuentran en la etapa de transición hacia unas sociedades más libres y abiertas. Los pueblos de Oriente Medio están demostrando un valor increíble en su lucha por la democracia y la libertad del individuo. Su determinación por lograr el cambio ha tenido como consecuencia que se celebren realmente por vez primera unas elecciones presidenciales en Egipto, que surja un gobierno democrático en Túnez, una constitución nueva y más abierta en Marruecos, y que se estén dando pasos hacia la reforma política en Jordania.
Pero el deterioro de la ley y el orden en Egipto, así como los problemas económicos a los que se enfrentan todos estos países tras la revolución, nos recuerdan que lleva tiempo el construir los cimientos de unas instituciones sólidas, de un gobierno responsable que responda de sus actos, de la libertad de prensa y de la igualdad de derechos para hombres y mujeres. Para garantizar que la democracia se arraigue con firmeza en Egipto, Libia y Túnez, tenemos que ser firmes en nuestro apoyo y flexibles para adaptarnos a los retos que surjan en el camino.
También necesitamos la esperanza, visión y determinación necesarias para abordar las condiciones que dan lugar a que los derechos humanos sean violados así. El Reino Unido está desempeñando un papel principal en dos ámbitos en particular: en la lucha para acabar con el uso de la violencia sexual en el conflicto, y la necesidad de regular el comercio de las armas convencionales.
En primer lugar, pretendemos hacer un llamamiento para lograr una acción internacional prolongada y coordinada de cara a erradicar el uso de la violencia sexual en el conflicto y aniquilar la cultura de la impunidad que rodea a estos crímenes.
Durante la reunión de los ministros de Exteriores del G8 de la semana pasada, algunos de los países más poderosos del mundo aprobaron una declaración histórica conforme a la cual la violación y la violencia sexual grave constituyen una infracción grave de las Convenciones de Ginebra, y acordaron trabajar juntos para lograr el objetivo de erradicar la violencia sexual en el conflicto. También acordamos mejorar el proceso de recolección de pruebas de cara a poder celebrar más juicios, darles la confianza suficiente a las víctimas para que denuncien las agresiones y garantizar que reciben el apoyo a largo plazo que requieren para reconstruir sus vidas con dignidad.
Utilizaremos el respaldo del G8 para cimentar en la ONU, y también más ampliamente, una coalición internacional sólida contra la violación y la violencia sexual cometidas en época de guerra y conflicto, de forma que el impulso logrado hasta ahora se torne irreversible.
En segundo lugar, durante los últimos siete años hemos estado a la cabeza de los esfuerzos realizados por la ONU para adoptar un tratado internacional sobre el comercio de armas para regular el traslado de armas convencionales. Ese tratado fue adoptado este mes, por la Asamblea General de la ONU, y representa un enorme hito en la historia de los derechos humanos. Nos sentimos orgullosos del papel que ha desempeñado el Reino Unido en relación con la consecución de dicho tratado y tenemos que asegurarnos de que entre en vigor lo antes posible.
Es vital que trabajemos junto a organizaciones internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Corte Penal Internacional, utilizando su experiencia y conocimientos, colaborando con socios y, con ello, reforzando estas instituciones internacionales. Nos hemos comprometido a hacer que sean tan eficientes como sea posible, motivo por el cual quisiéramos salir elegidos en el Consejo de Derechos de noviembre para un mandato de dos años.
El Informe de Derechos Humanos de 2012 destaca varios “Países motivo de preocupación”, y este año hemos revisado los criterios de selección para que, además de la gravedad de la situación de los derechos humanos en el país y el impacto potencial sobre la región más amplia, se tenga en cuenta el grado de participación del Reino Unido y nuestra capacidad para cambiar las cosas realmente. Como consecuencia, hemos conservado los 27 países recogidos en el informe del año pasado, eliminando únicamente a Chad. Y los casos objeto de estudio serán sometidos de nuevo a supervisión y a la elaboración de informes durante el curso del año, de forma que podamos arrojar luz sobre algunos países en concreto si fuera necesario.
También debemos recordar que la idea de un mundo en el que todos los gobiernos cumplan la Declaración Universal de los Derechos Humanos nunca se logrará tan solo mediante el despliegue de fuerzas de paz o la distribución de alimentos, agua y medicinas, a pesar de que esto continúe siendo absolutamente vital. Hemos de abordar de manera efectiva los motivos que hacen que dicha respuesta sea tan necesaria. Esto es exactamente lo que hicimos en 2012 y lo que seguiremos haciendo en 2013 y posteriormente.
Para leer el informe completo (en inglés) acceda al siguiente enlace: Human Rights Report
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Publicado 15 abril 2013Última actualización de 16 abril 2013 + show all updates
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